lunes, 24 de abril de 2017

Escribir en el tiempo actual es una tontería”: Oscar Wong

José Rivera
Tonalá, Chiapas  24 de abril de 2017, Del 27 al 29 de abril Oscar Wong recibirá en Tuxtla Gutiérrez un reconocimiento, por sus 40 años de trayectoria literaria
“Escribir en el tiempo actual es una tontería, una locura aparente. El hombre está unido a su lenguaje, a la escritura. Forman su historia, ese entorno invisible que le da identidad. En nuestros días, un escritor debe ser socialmente responsable y creativamente libre. Óscar Wong, oriundo de Tonalá (agosto 26 de 1948) y Premio Chiapas en Artes 2015, manifiesta lo anterior a una pregunta expresa. El motivo de la charla es el homenaje que a instancias de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 071, recibirá el escritor sinomexicano por sus 40 años de actividad literaria, del 27 al 29 de abril en la sede de esta institución educativa, sita en Calle Simón Bolívar No. 680, Col. 24 de Junio, en la capital chiapaneca.
Talleres lúdicos y didácticos, presentaciones de libros, conferencias, escenificación de obras teatrales y exposiciones de artes plásticas son las actividades principales programadas para este evento, titulado “Cuarto Encuentro con La Palabra Escrita. Reconocimiento al poeta Óscar Wong, “Descifrador de signos”. 40 años de actividad literaria”, al cual se suma el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas.
 “Mi escritura –resume el autor de “Poética de lo sagrado. El lenguaje de Adán”– surge como respuesta a mi sentir (si se trata de poesía), como preocupación sobre algún tema, especialmente literario (ensayo) y, en ocasiones, con una imagen, con una simple anécdota (cuento). De eso hablaré el viernes 27, a las diez y media de la mañana. El tema es “Lenguaje, Comunicación y Pedagogía” y la entrada es libre. El sábado impartiré un taller de tres horas de duración, destinado a la gestación de metáforas e función de la enseñanza-aprendizaje. Los futuros pedagogos aprenderán la técnica literaria para, posteriormente, aprovecharla en los educandos.
Al interrogarlo sobre los reconocimientos y premios literarios recibidos en sus 43 años de trabajo literario, Wong responde de inmediato, precisando: “Son importantes porque significa que estás haciendo bien las cosas. Los premios te permiten comer bien mientras dura el monto del estímulo económico. Sirven para ampliar tu ficha curricular. Octavio Paz, y lo precisé cuando me otorgaron el Premio Chiapas en Artes 2015, precisó que un premio no es garantía de calidad ni de inmortalidad. La literatura, la poesía, no debe ser un trampolín para escalar puestos. Ni mucho menos para sentirte un ser superior y pretender levitar, como hacen muchos que ni te responden el saludo luego de obtener el Premio Nacional de Chayotitlán. O se ponen de poses cuando participan en esas pasarelas de Egos llamados “Encuentros literarios”. Y conste que lo señalo pese a que mi ficha curricular exhibe varios galardones, bien ganados. Eso sí”.
Cuando lo cuestión sobre si cree en la política, de inmediato replica: “Creo en la libertad de elección, que significa legitimidad. Creo en la representación política, que surge de las prácticas institucionales generadas por la Constitución y que dieron paso al moderno Estado mexicano. Así se hace válido el derecho positivo como expresión de la autoridad política regulada. Potestad y derecho son expresiones legítimas de acceso al poder. Y se basan, definitivamente, en la libertad. La legitimación del poder tiene lugar con la división y separación de poderes a fin de limitar, y regular, el ejercicio de ese poder. De otra manera, se cae en regímenes autoritarios. O, como en el caso actual de nuestro país, en la desfachatez, abuso, corrupción e impunidad. El problema es el sistema de partidos que padecemos. Y la carencia de cultura política de la población. La supuesta “democracia” mexicana es la más cara del mundo. Y los políticos, los más sinvergüenzas. Decir político corrupto es caer en el pleonasmo. Pero decir político corrupto mexicano es llegar al abuso lingüístico, caer en tautologías”.

El poeta, narrador, ensayista y crítico literario estudió Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue becario del INBA-FONAPAS en crítica literaria durante 1978-1979, periodo en el que escribió Hacia lo eterno mínimo. Otra lectura de Muerte sin fin (Secretaría de Cultura de Puebla, 1995) y del Centro Mexicano de Escritores en ensayo (1985-1986), donde realizó el volumen Jaime Sabines. Entre lo tierno y lo trágico (Praxis, Méx., 2007). Entre los galardones recibidos destacan el Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 1988, por su libro Enardecida luz (UNAM, 1992), primer lugar en el Certamen Literario Rosario Castellanos 1989 en cuento, con La edad de las mariposas (Talleres Gráficos de la Nación, 1990), Premio de Poesía de Ciudad del Carmen, en el 2000, con la obra Razones de la voz (Conaculta, Práctica Mortal, 2002), Premio Nacional de Ensayo Magdalena Mondragón 2006, en Torreón, Coahuila y Premio Chiapas en Artes 2015. Radica en la Ciudad de México desde hace muchos años e imparte cursos y talleres literarios de manera independiente.

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