GASOLINAZO AL TORTILLAZO.
Por Iván Bielma Escobar.
Ahora resulta que la Gasolina puede y debe subir hasta en tres ocasiones en un lapso de 12 días durante el pasado mes de diciembre de 2009; pero, al decir del ilustrísimo Don Antonio Morales de la Peña, Procurador Federal del Consumidor (PROFECO), “…no hay razón alguna para que la tortilla suba de precio en el Valle de México.” La pregunta obligada es: ¿Qué razones hay para que la gasolina suba en tantas ocasiones?
Volvemos nuevamente a las estúpidas ironías que caracterizan a este gobierno. Si el gobierno de Fox se distinguió por los arrebatos, estulticias, egocentrismos, catolicismo recalcitrante y barbarie cultural de su titular al mando, el de Calderón sobresale por sus anfibologías y tercas contradicciones.
TODO MUNDO, y disculpen la expresión superlativa, pero ¡TODO MUNDO! (hasta Vicente Fox), sabe que al subir la gasolina sube TODO, o ¿a caso el maíz, o mejor dicho la Maseca o la Minsa con que se elaboran las tortillas que consumismos se transportan por obra del Espíritu Santo o por medio de teletransportación por descomposición celular (en este último aspecto véase la película “La Mosca”, estelarizada por Jeff Goldsmith)? Pues claro que NO. Al encontrarse los Ferrocarriles de México en estado de coma, el medio más ágil, pero no más barato de transporte es el terrestre carretero, y qué consumen dichos vehículos para moverse… ¡ACERTO! usan gasolina y diesel. Luego entonces, si en nuestro país la mayoría, por no decir más del 90% por ciento de insumos y productos básicos de consumo diario se transportan por vía carretera, de dónde entonces saca el señor PROFECO tan sesudas conclusiones de que no hay razones para que suba la tortilla en el Valle de México. Quizá, tal vez (y disculpen el pleonasmo elocuente), lo que quiso anticiparnos es que no sólo va a subir la tortilla, si no TODO aquello que se transporte por vía terrestre, que en suma, es prácticamente TODO lo que comemos y nos ponemos.
¡Señor PROFECO! Si sus revueltas disquisiciones lógico-jurídico-económicas no le alcanzan a refrenar sus impulsos lingüísticos, mejor no hable y como decía mi abuelita: “Calladito te ves menos…” ¡Usted me entiende…! ¿O me equivoco? RES NON VERBA. Comentarios y críticas: vanbi72@hotmail.com
Por Iván Bielma Escobar.
Ahora resulta que la Gasolina puede y debe subir hasta en tres ocasiones en un lapso de 12 días durante el pasado mes de diciembre de 2009; pero, al decir del ilustrísimo Don Antonio Morales de la Peña, Procurador Federal del Consumidor (PROFECO), “…no hay razón alguna para que la tortilla suba de precio en el Valle de México.” La pregunta obligada es: ¿Qué razones hay para que la gasolina suba en tantas ocasiones?
Volvemos nuevamente a las estúpidas ironías que caracterizan a este gobierno. Si el gobierno de Fox se distinguió por los arrebatos, estulticias, egocentrismos, catolicismo recalcitrante y barbarie cultural de su titular al mando, el de Calderón sobresale por sus anfibologías y tercas contradicciones.
TODO MUNDO, y disculpen la expresión superlativa, pero ¡TODO MUNDO! (hasta Vicente Fox), sabe que al subir la gasolina sube TODO, o ¿a caso el maíz, o mejor dicho la Maseca o la Minsa con que se elaboran las tortillas que consumismos se transportan por obra del Espíritu Santo o por medio de teletransportación por descomposición celular (en este último aspecto véase la película “La Mosca”, estelarizada por Jeff Goldsmith)? Pues claro que NO. Al encontrarse los Ferrocarriles de México en estado de coma, el medio más ágil, pero no más barato de transporte es el terrestre carretero, y qué consumen dichos vehículos para moverse… ¡ACERTO! usan gasolina y diesel. Luego entonces, si en nuestro país la mayoría, por no decir más del 90% por ciento de insumos y productos básicos de consumo diario se transportan por vía carretera, de dónde entonces saca el señor PROFECO tan sesudas conclusiones de que no hay razones para que suba la tortilla en el Valle de México. Quizá, tal vez (y disculpen el pleonasmo elocuente), lo que quiso anticiparnos es que no sólo va a subir la tortilla, si no TODO aquello que se transporte por vía terrestre, que en suma, es prácticamente TODO lo que comemos y nos ponemos.
¡Señor PROFECO! Si sus revueltas disquisiciones lógico-jurídico-económicas no le alcanzan a refrenar sus impulsos lingüísticos, mejor no hable y como decía mi abuelita: “Calladito te ves menos…” ¡Usted me entiende…! ¿O me equivoco? RES NON VERBA. Comentarios y críticas: vanbi72@hotmail.com
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