sábado, 17 de noviembre de 2012

Asisten miembros de la fundación Dr. Manuel Velasco Suarez, en apoyo al pueblo Guatemalteco


José Rivera

Tonalá, 13 de noviembre de 2012,  Con la finalidad de poder mitigar las necesidades prioritarias que han sufrido miles de afectados por el terremoto de 7.2 grados, que el miércoles 7 sacudió al departamento de san Marcos, en la hermana república de Guatemala, quienes claman hoy la ayuda del Gobierno, sociedad y de la comunidad internacional, para restablecer sus vidas, mientras lloran a sus muertos y buscan a los desaparecidos, tratando de sobrevivir junto con los niños que despiertan sobresaltados cuando les vence el cansancio, los miembros de la fundación Dr. Manuel Velasco Suarez, para la salud y la educación, encabezados por el coordinador estatal Lic. Enoc Hernández Cruz, se trasladaron al sitio de la tragedia, como un gesto fraternal.

"Las gráficas nos hacen recordar aquella película de miedo de los años 70s. Denominada terremoto en Guatemala, No hubo una sola casa que no sufriera daños, unos leves y muy otros graves, en toda esta ciudad", dijo Hernández Cruz, Por ello traemos la ayuda humanitaria que manda el pueblo Chiapaneco a través de la fundación y por ello con mucho amor damos de mano a mano, coordinándonos con las autoridades para evitar un descontrol.

Para ello Enoc Hernández y su comitiva se reunió con el gobernador del departamento guatemalteco de San Marcos, Luis Rivera, el alcalde de Ayutla, Tecun uman san Marcos, el presidente de Fundavida, Emilio Gálvez Pérez, con quienes entrego, agua potable, pañales, frijol Arroz, azúcar, galletas, ,medicamentos, y pastillas para clorar agua.

Al cuestionar a Ángeles Solórzano López, una de las afectadas por el sismo en la ciudad San Marcos, el más golpeado por el fenómeno natural, dijo, "Cuando esto deje de ser noticia nadie se acordará de nosotros. No sé cómo ni con qué vamos a levantarnos de nuevo", señaló esta madre soltera con dos niñas, que se quedó en la calle luego de que la humilde casita en la que habitaba se desplomó, quedando literalmente en la calle.

Con temperaturas de menos de cinco grados centígrados, y a penas cubiertos con las frazadas que lograron sacar de sus destruidas viviendas o que les fueron facilitadas por algunos vecinos, miles de pobladores de San Pedro y San Marcos pasaron la noche a la intemperie, pues es un riesgo mayor intentar ocupar sus viviendas a punto del colapso.

Según cifras oficiales Más de 2.000 efectivos de las fuerzas armadas, un millar de socorristas y bomberos, además de una incalculable cantidad de voluntarios de la pobladores participan desde el mismo jueves en los trabajos de rescate y remoción de escombros en el más de centenar de comunidades de San Marcos, Quetzaltenango, Quiché, Sololá, Retalhuleu.

Mismos que fueron declarados "estado de calamidad" por presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, previa valoración de la CONRED, a fin de atender de una forma más rápida la emergencia causada por el terremoto.

Quien además dijo que la ayuda humanitaria enviada por el Gobierno a los afectados "ha sido efectiva" mas no suficiente, y que la misma se ha "complementado con el apoyo de los vecinos", pero expresó que el pueblo Guatemalteco teme quedar en el olvido al pasar la emergencia. Por lo que desde  el mismo jueves las personas que fueron afectadas por el terremoto "no están solas", y aseguró que su Gobierno colaborará en la reconstrucción de las comunidades afectadas, solo pide un poco de calma.

Según José Luis Vázquez López, Coordinador de la CONRED, en san Marcos, y miembro de emisoras unidas de san Marcos, el recuento parcial dado a conocer por las autoridades, el sismo de magnitud 7,2 en la escala abierta de Richter, hasta el momento se ha cobrado la vida de 52 personas, dejó al menos 200 heridos y 22 desaparecidos, pero aún no ha dejado de temblar pues al momento van más de 100 réplicas.

Unas 5.251 de personas perdieron sus pertenencias por completo, otras 1,2 millones fueron afectadas, y seis millones, el 45% de la población total del país, están en riesgo de quedar sepultados si se repite un evento sísmico de gran intensidad.

En la aldea El Recreo, en las afueras de la ciudad de San Marcos, una brigada de soldados, socorristas y vecinos han logrado rescatar los cadáveres de dos de los tres hombres que quedaron enterrados en una arenera.

Adriana Ramírez, una anciana indígena, perdió a su esposo y sus dos hijos, de 22 y 28 años, quienes trabajaban en la arenera en el momento del terremoto.

Casi al mismo tiempo, en la plaza central del municipio de San Cristóbal Cucho, los vecinos trataban de consolar a Juan Vásquez, un joven de 17 años, quien perdió el miércoles a los diez miembros de su familia.

Los ataúdes de sus padres y ocho hermanos, que murieron bajo los escombros de la humilde vivienda que les cayó encima por el movimiento telúrico, fueron inhumados, Juan conto con el apoyo de los vecinos de su comunidad, “no sabe qué será de su vida ahora que ha quedado solo en el mundo”.

El sismo del miércoles ha sido el más fuerte que ha sacudido Guatemala desde 1976, cuando un terremoto de magnitud 7,5 en la escala de Richter se cobró la vida de 25.000 personas y causó pérdidas millonarias.

Urge plantear la reubicación de las familias, trabajar por la infraestructura de la zona, y lograr el restablecimiento de los caminos y del puente. Lo sucedido es un evento traumático, pero tratemos de salir adelante frente a la desgracia”, manifestaron los afectados.

La comitiva en su visita a la región para supervisar las tareas de apoyo, conversaron con los afectados, supervisaron las carpas instaladas, y brindaron consuelo a los familiares de los fallecidos, Manifestaron a los pobladores la importancia de una reubicación para evitar que un nuevo sismo afecte mas sus viviendas.

Los miembros de la fundación Manuel Velasco, dijeron a los afectados debe evitarse el talado indiscriminado de los bosques para hacer las casas, porque al desaparecer el bosque no hay posibilidad de amortiguar los deslizamientos.

 

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