
José Rivera
Desde hace más de 3 años don Gerardo Suriano del Solar, prometió a la Virgencita que el y su familia ofrecería cada año un Rosario en el que brindaría comida a todos los que se acercaran. Fue su esposa y su hija quien ayudó con los preparativos del 12 de diciembre.
Dicha festividad se inicia con una ofrenda que partió de la entrada de la comunidad a la casa de la familia Suriano de La cruz, donde se realizaron los rezos y la comida a todos los asistentes
El momento cumbre de la celebración llega precisamente este día cuando luego del Rosario, unos 100 asistentes entre niños, jóvenes, señoras y señores se sientan a la mesa con la familia de don Gerardo.
Sin embargo el trabajo empieza desde días antes, pues hay que ir a la “cabecera municipal” para comprar todo lo necesario para la preparación del guisado. lo que se conoce en la región como el trajín
Dentro de la casa se monto el altar para la Guadalupana, adornado con flores, veladoras y luces de colores. En torno a él, cerca de diez personas, entre amistades y familiares de don Gerardo, “cuidan” el sueño de la Reina de México. con la algarabía de los asistentes.
Desde hace más de 3 años don Gerardo Suriano del Solar, prometió a la Virgencita que el y su familia ofrecería cada año un Rosario en el que brindaría comida a todos los que se acercaran. Fue su esposa y su hija quien ayudó con los preparativos del 12 de diciembre.
Dicha festividad se inicia con una ofrenda que partió de la entrada de la comunidad a la casa de la familia Suriano de La cruz, donde se realizaron los rezos y la comida a todos los asistentes
El momento cumbre de la celebración llega precisamente este día cuando luego del Rosario, unos 100 asistentes entre niños, jóvenes, señoras y señores se sientan a la mesa con la familia de don Gerardo.
Sin embargo el trabajo empieza desde días antes, pues hay que ir a la “cabecera municipal” para comprar todo lo necesario para la preparación del guisado. lo que se conoce en la región como el trajín
Dentro de la casa se monto el altar para la Guadalupana, adornado con flores, veladoras y luces de colores. En torno a él, cerca de diez personas, entre amistades y familiares de don Gerardo, “cuidan” el sueño de la Reina de México. con la algarabía de los asistentes.
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