José Rivera
Tonalá, 2 de agosto de 2013, En la actualidad
debido a la difícil situación que atraviesa nuestro país muchas mujeres han
tenido que incorporarse al campo laboral, algunas de ellas con mas de 20 años
de casadas, trabajan en dependencias de gobierno o se dedican al comercio y
perciben un buen salario, al menos el doble o triple que el sus parejas,
situación que se podría pensar no genera problemas, pero la realidad en algunos
casos es distinta, asi lo dio a conocer la psicóloga Guadalupe Reyes Aquino, especialista
en atención a la mujer.
Quien además dijo, se podría pensar que no existe
ningún problema en la pareja hasta que el barón confiesa su frustración
principalmente a un familiar o amigo muy cercano, argumentando que su virilidad
y su orgullo están heridos, por el hecho de que su esposa gana más dinero que
él, y es por esta situación que ella lo exhibe con sus amistades, diciendo que
es un bueno para nada que se dedica a perder el tiempo, porque no tiene un
ingreso seguro y ha perdido el tiempo a su lado.
Por su parte Alberto Gómez Gonzales, de ocupación
comerciante dijo independientemente de la aportación económica de esposa a los
gastos familiares, estos son
responsabilidad del hombre, porque es
este quien sigue siendo el que tiene esa figura social, el que saca la cartera
y paga la cuenta en el restaurante”, los impuestos en hacienda, las placas del
coche, la licencia de conducir. “Quizás en la actualidad ya no está mal visto
que la mujer pague la cuenta, pero la mayoría de los caballeros se sienten incomodos con esta
acción”.
La mayoría de los hombres aceptaron que al estar
en estas condiciones son objeto de burla con calificativos despectivos que van
desde mandilón, mantenido, Don nadie, entre otros, situación que les resta
autoridad tanto con los miembros de la familia como con las personas que
establecen relaciones comerciales.
“Cuando la mujer tiene más ingresos que el
hombre, normalmente disimulan los dos, incluso hacen esfuerzos para esconderlo,
pero no deja de ser incomodo, por eso algunos varones han optado por tener dos
o hasta tres empleos para poder compensar esta situación, pero al no
conseguirlo se vuelven empleados de sus propias esposas, y cuando estas abuzan
de esa condición mantienen a su pareja sumisa, por lo que coinciden que es
difícil mantener la equidad de genero en esa condición.
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