sábado, 3 de agosto de 2013

Percepción salarial pone en riesgo equidad de género

José Rivera
Tonalá, 2 de agosto de 2013, En la actualidad debido a la difícil situación que atraviesa nuestro país muchas mujeres han tenido que incorporarse al campo laboral, algunas de ellas con mas de 20 años de casadas, trabajan en dependencias de gobierno o se dedican al comercio y perciben un buen salario, al menos el doble o triple que el sus parejas, situación que se podría pensar no genera problemas, pero la realidad en algunos casos es distinta, asi lo dio a conocer la psicóloga Guadalupe Reyes Aquino, especialista en atención a la mujer.
Quien además dijo, se podría pensar que no existe ningún problema en la pareja hasta que el barón confiesa su frustración principalmente a un familiar o amigo muy cercano, argumentando que su virilidad y su orgullo están heridos, por el hecho de que su esposa gana más dinero que él, y es por esta situación que ella lo exhibe con sus amistades, diciendo que es un bueno para nada que se dedica a perder el tiempo, porque no tiene un ingreso seguro y ha perdido el tiempo a su lado.
Por su parte Alberto Gómez Gonzales, de ocupación comerciante dijo independientemente de la aportación económica de esposa a los gastos  familiares, estos son responsabilidad del hombre, porque  es este quien sigue siendo el que tiene esa figura social, el que saca la cartera y paga la cuenta en el restaurante”, los impuestos en hacienda, las placas del coche, la licencia de conducir. “Quizás en la actualidad ya no está mal visto que la mujer pague la cuenta, pero la mayoría de los  caballeros se sienten incomodos con esta acción”.
La mayoría de los hombres aceptaron que al estar en estas condiciones son objeto de burla con calificativos despectivos que van desde mandilón, mantenido, Don nadie, entre otros, situación que les resta autoridad tanto con los miembros de la familia como con las personas que establecen relaciones comerciales.

“Cuando la mujer tiene más ingresos que el hombre, normalmente disimulan los dos, incluso hacen esfuerzos para esconderlo, pero no deja de ser incomodo, por eso algunos varones han optado por tener dos o hasta tres empleos para poder compensar esta situación, pero al no conseguirlo se vuelven empleados de sus propias esposas, y cuando estas abuzan de esa condición mantienen a su pareja sumisa, por lo que coinciden que es difícil mantener la equidad de genero en esa condición.

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