domingo, 16 de junio de 2013

Entre derechos humanos mal aplicados y sobre protección de la madre opacan autoridad del padre

José Rivera
Tonalá, 16 de junio de 2013, La autoridad parental que genera derechos y obligaciones recíprocas entre padres e hijos, a saber obligaciones de los hijos respecto de los padres: Deber de respeto y obediencia, Deber de socorro en circunstancias que requieran su auxilio, cuando los hijos son muy pequeños y vulnerables o los padres muy ancianos para valerse por si mismo, etc. Asi lo dio a conocer el Dr. Ervin Miranda Albores, medico especialistas en medicina familiar.
Quien además dijo, es obligación de los padres respecto de los hijos: proporcionar alimentos, educación, salud, Deber de corrección, sin lesionar su salud ni desarrollo personal, Pues muchos padres sienten son rebasados desde que el niño es muy pequeño y se preguntan.
- ¿Qué hago si mi hijo está encima de la mesa y no quiere bajar?
- Dígale que baje, - le dije yo.
- Ya se lo digo, pero no me hace caso y no baja- respondió con voz de derrotada.
- ¿Cuántos años tiene el niño?- le pregunté.
- Tres años - afirmó.
Situaciones semejantes a ésta se presentan frecuentemente en los padres. Generalmente suele ser la madre quien pone la cuestión sobre la mesa aunque estén los dos. El padre simplemente asiente, bien con un silencio cómplice, bien afirmando con la cabeza, porque el problema es de los dos, evidentemente.
¿Qué ha pasado para que en tan pocos meses una pareja de personas adultas, triunfadoras en el campo profesional y social, hayan perdido la autoridad que tenían cuando nació el niño, a ese ser que se le debe dotar de principios y valores?
Actuaciones paternas y maternas, a veces llenas de buena voluntad, minan la propia autoridad y hacen que los niños primero y los adolescentes después no tengan un desarrollo equilibrado y feliz con la consiguiente angustia para los padres. El padre o la madre que primero reconoce no saber qué hacer ante las conductas antisociales de su pequeño y que, después, siente que ha perdido a su hijo adolescente, no puede disfrutar de una buena calidad de vida, por muy bien que le vaya económica, laboral y socialmente, porque ha fracasado en lo más importante: la educación de sus hijos, porque estos son flojos, cochinos, groseros, adictos, tranzas, etc.
¿Cuáles son los errores más frecuentes que padres y madres cometemos cuando interaccionamos con nuestros hijos?
En alguna ocasión ha cometido desaciertos. Es lo normal en cualquier persona que intenta educar. Tiene su parte positiva. Quiere decir que intenta educar, lo cual ya es mucho. En educación lo que deja huella en el niño no es lo que se hace alguna vez, sino lo que se hace continuamente. Lo importante es que, tras un periodo de reflexión, los padres consideren, en cada caso, las actuaciones que pueden ser más negativas para la educación de sus hijos, y traten de ponerles remedio.
Estos son los principales errores que, con más frecuencia, debilitan y disminuyen la autoridad de los padres:
La permisividad. Es imposible educar sin intervenir. El niño, cuando nace, no tiene conciencia de lo que es bueno ni de lo que es malo. No sabe si se puede rayar en las paredes o no. Los adultos somos los que hemos de decirle lo que está bien o lo que está mal. El dejar que se ponga de pie encima del sofá porque es pequeño, por miedo a frustrarlo o por comodidad es el principio de una mala educación. Un hijo que hace "fechorías" y su padre no le corrige, piensa que es porque su padre ni lo estima ni lo valora. Los niños necesitan referentes y límites para crecer seguros y felices.
Por ello la importancia de tener el tacto para saber corregir a tiempo, situación que en muchos de los casos incomoda a la madre quien delante de los hijos argumenta que se esta siendo demasiado severo a lo que los hijos utilizan para hacerse las victimas, no en su totalidad, pero si en su mayoría, lo que termina dejando al padre como un cruel ejecutor.
La labor del padre al interior del hogar es la de dotar de los recurso económicos para el sustento familiar y propiciar seguridad a la familia, pero entre la alcahuetería de la madre y las mal empleadas políticas de protección al menor están dejando vulnerable la autoridad de los padres y con ello la posibilidad en aumento de una sociedad cada dia mas descompuesta.

Los padres jamás pretenderemos un reconocimiento como el de las madres, pues sabemos que de ella nacimos y de ellas recibimos la educación, por ello no culpamos a los compositores de que para este día solo existan temas como el señor de las canas, y que falta me hace mi padre, pues el mercado que adquiere estos temas es muy poco, pues no existe una fecha exacta para tal celebración, y si no fuese por que los medios de comunicación hacen mención de ello, pasaría desapercibido, porque incluso para los comerciantes no hay mayor repunte en ventas. Concluyo.

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