José Rivera
Tonalá, 23 de noviembre de 2011, Los empresarios Oaxaqueños propietarios del transporte público denominada Fletes Y Pasajes, pareciera que no les interesa nada o están en contra de los usuarios porque desean seguir con sus autobuses chatarra, que no cuentan con clima ni baños, poniendo en peligro la vida de sus pasajeros todos los días. La única razón por la que ahora apuestan al incremento del pasaje así lo dio a conocer un grupo de usuarios de esta mal lograda empresa.
Después de haber aceptado el mecanismo que se les propuso, de que según el camión iba fallando, cuando en realidad solo llevaba 14 pasajeros que venían desde Tapachula, Tonalà Y Arriaga, con las manos en la cintura el operador y su ayudante de la carcacha les dijo se pasaran a otro autobús que previamente ellos ya habían acordado, por lo que los confiados usuarios Carlos Medina Plasencia, Guillermina Rodas Nataren, Paul López Martínez, Heriberto Jiménez Ruiz, entre otros
Estos confiados pasajeros se pasaron al otro autobús y resulta que tenían que viajar parados a la ciudad de México un viaje de casi 15 horas y que nadie se hacia responsable, a lo que los molestos pasajeros protestaron y por esa situación los tuvieron ahí por un espacio de dos horas mientras aparecía su ultimo camión o se quedarían.
Los molestos pasajeros se plantaron y a una sola voz dijeron la empresa Fletes Y Pasajes está en obligada a cumplir con las exigencias de los usuarios quienes pagan un boleto con seguro de viajero y si estos no son capaces de llevar a los pasajeros a su destino que se espera en caso de accidentes,. El Gobierno no debe ceder a las pretensiones de los transportistas irresponsables Como el cao de esta empresa Fletes Y Pasajes.
Hace algunos días, los empresarios del transporte público Fletes y Pasajes se pronuncio a favor de aumentar sus tarifas a lo que los usuarios dijeron el problema no son los costos del pasaje, el problema esta en que los trabajadores de esa empresa no son leales a la misma muchos de ellos le roban por eso no ha podido salir del estancamiento en que se encuentra, el Gobierno, no debe autorizar el aumento hasta que a cambio cumplan las leyes y mejoren sus flotas.
En ese ofrecimiento se nota una debilidad institucional, porque el cumplimiento de las leyes, pago de impuestos, seguro social de los trabajadores al Instituto de Previsión Social (IPS) y otras, no puede ser negociado. Cumplir lo que es obligatorio para cualquier ciudadano no puede ser moneda de cambio para que se les conceda un beneficio.
Sin embargo, la compleja realidad del transporte de pasajeros para los mas pobres es decir la clase proletaria dejó sin opción a las autoridades que, al menos de discurso para afuera, han demostrado un serio interés en recuperar aquellos espacios de legalidad e institucionalidad que han ido perdiendo ante la fuerza avasalladora de los transportistas.
Sin embargo, más del 80 de las unidades no esta en condiciones de cumplir con las reglas de juego establecidas. Allí fue donde la historia cambia, para volverse a lo mismo de siempre: el reclamo del aumento del pasaje. Con esa determinación, vuelve a un mecanismo que va a permitir a los ómnibus obsoletos de Fletes Y Pasajes seguir trabajando de esta forma por demás insegura para los usuarios que no cuentan con ningún tipo de garantías.
De ese modo, la pequeña ventana de esperanza que se abría, en el sentido de que por fin los transportistas iban a empezar a encuadrarse dentro de las normas legales vigentes -estar al día con sus impuestos y pagar el seguro social de sus empleados, por ejemplo e invertir en beneficio de los usuarios de sus servicios, quedó de nuevo sin efecto pues no existe autoridad alguna que aplique la ley del transporte.
Las autoridades vinculadas al tema Secretaría del Transporte tienen que adoptar una posición drástica con los empresarios. Si vuelven a ceder, una vez más se saldrán con la suya los que, a fuerza de huelgas y maniobras judiciales, así como por vínculos políticos, han convertido su actividad en zona liberada.
La obligación principal de quienes tienen la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las normas y proteger a los ciudadanos es defender los intereses de los pasajeros. La dictadura de los transportistas tiene que terminar.
Tonalá, 23 de noviembre de 2011, Los empresarios Oaxaqueños propietarios del transporte público denominada Fletes Y Pasajes, pareciera que no les interesa nada o están en contra de los usuarios porque desean seguir con sus autobuses chatarra, que no cuentan con clima ni baños, poniendo en peligro la vida de sus pasajeros todos los días. La única razón por la que ahora apuestan al incremento del pasaje así lo dio a conocer un grupo de usuarios de esta mal lograda empresa.
Después de haber aceptado el mecanismo que se les propuso, de que según el camión iba fallando, cuando en realidad solo llevaba 14 pasajeros que venían desde Tapachula, Tonalà Y Arriaga, con las manos en la cintura el operador y su ayudante de la carcacha les dijo se pasaran a otro autobús que previamente ellos ya habían acordado, por lo que los confiados usuarios Carlos Medina Plasencia, Guillermina Rodas Nataren, Paul López Martínez, Heriberto Jiménez Ruiz, entre otros
Estos confiados pasajeros se pasaron al otro autobús y resulta que tenían que viajar parados a la ciudad de México un viaje de casi 15 horas y que nadie se hacia responsable, a lo que los molestos pasajeros protestaron y por esa situación los tuvieron ahí por un espacio de dos horas mientras aparecía su ultimo camión o se quedarían.
Los molestos pasajeros se plantaron y a una sola voz dijeron la empresa Fletes Y Pasajes está en obligada a cumplir con las exigencias de los usuarios quienes pagan un boleto con seguro de viajero y si estos no son capaces de llevar a los pasajeros a su destino que se espera en caso de accidentes,. El Gobierno no debe ceder a las pretensiones de los transportistas irresponsables Como el cao de esta empresa Fletes Y Pasajes.
Hace algunos días, los empresarios del transporte público Fletes y Pasajes se pronuncio a favor de aumentar sus tarifas a lo que los usuarios dijeron el problema no son los costos del pasaje, el problema esta en que los trabajadores de esa empresa no son leales a la misma muchos de ellos le roban por eso no ha podido salir del estancamiento en que se encuentra, el Gobierno, no debe autorizar el aumento hasta que a cambio cumplan las leyes y mejoren sus flotas.
En ese ofrecimiento se nota una debilidad institucional, porque el cumplimiento de las leyes, pago de impuestos, seguro social de los trabajadores al Instituto de Previsión Social (IPS) y otras, no puede ser negociado. Cumplir lo que es obligatorio para cualquier ciudadano no puede ser moneda de cambio para que se les conceda un beneficio.
Sin embargo, la compleja realidad del transporte de pasajeros para los mas pobres es decir la clase proletaria dejó sin opción a las autoridades que, al menos de discurso para afuera, han demostrado un serio interés en recuperar aquellos espacios de legalidad e institucionalidad que han ido perdiendo ante la fuerza avasalladora de los transportistas.
Sin embargo, más del 80 de las unidades no esta en condiciones de cumplir con las reglas de juego establecidas. Allí fue donde la historia cambia, para volverse a lo mismo de siempre: el reclamo del aumento del pasaje. Con esa determinación, vuelve a un mecanismo que va a permitir a los ómnibus obsoletos de Fletes Y Pasajes seguir trabajando de esta forma por demás insegura para los usuarios que no cuentan con ningún tipo de garantías.
De ese modo, la pequeña ventana de esperanza que se abría, en el sentido de que por fin los transportistas iban a empezar a encuadrarse dentro de las normas legales vigentes -estar al día con sus impuestos y pagar el seguro social de sus empleados, por ejemplo e invertir en beneficio de los usuarios de sus servicios, quedó de nuevo sin efecto pues no existe autoridad alguna que aplique la ley del transporte.
Las autoridades vinculadas al tema Secretaría del Transporte tienen que adoptar una posición drástica con los empresarios. Si vuelven a ceder, una vez más se saldrán con la suya los que, a fuerza de huelgas y maniobras judiciales, así como por vínculos políticos, han convertido su actividad en zona liberada.
La obligación principal de quienes tienen la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las normas y proteger a los ciudadanos es defender los intereses de los pasajeros. La dictadura de los transportistas tiene que terminar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario