José Rivera
Por lo menos media docena de niños originarios de diversos comunidades del municipios, son utilizados y explotados laboralmente para pedir dinero ocultándolos bajo algún tipo de negocio en esta ciudad, así lo dio a conocer la Profesora Liliana Martínez Espinosa, maestra de educación preescolar.
Quien también dijo, que aunque el gobernador Juan Sabines Guerrero, insiste en que Chiapas es uno de los estados con mayor índice de generación de empleos a nivel nacional, la realidad reflejada en los bolsillos de los chiapanecos, sobre todo indígenas, e indigentes es muy distinta, por lo que debido a sus escasos recursos y la falta de empleo, se ven obligados a recurrir a este tipo de actos lamentables y desesperados, rentando a sus pequeños para que sean explotados.
Padres sin escrúpulos obligan a los niños a pedir dinero y normalmente están fuera de los mercados, en los cruceros o afuera de tiendas de autoservicios, en algunos casos son obligados a vender dulces, chicles y cigarros, porque aun en contra de su voluntad, en algunos casos muy lamentables a sus padres ya les fue pagada una cantidad como renta por su trabajo”, indicó.
“Fácilmente se puede ver que el traer unos chicles en la mano, realmente no es venta y eso lo utilizan para que no digan que nada más están pidiendo dinero, aunque a algunos sí les consiguen sus cajitas de dulces y cigarros y hasta para bolear calzado”, describió. Pero en el peor de los escenarios la familia completa se dedica a esta actividad. Y estos son vistos a diario en el centro de Tonalá.
Por lo menos media docena de niños originarios de diversos comunidades del municipios, son utilizados y explotados laboralmente para pedir dinero ocultándolos bajo algún tipo de negocio en esta ciudad, así lo dio a conocer la Profesora Liliana Martínez Espinosa, maestra de educación preescolar.
Quien también dijo, que aunque el gobernador Juan Sabines Guerrero, insiste en que Chiapas es uno de los estados con mayor índice de generación de empleos a nivel nacional, la realidad reflejada en los bolsillos de los chiapanecos, sobre todo indígenas, e indigentes es muy distinta, por lo que debido a sus escasos recursos y la falta de empleo, se ven obligados a recurrir a este tipo de actos lamentables y desesperados, rentando a sus pequeños para que sean explotados.
Padres sin escrúpulos obligan a los niños a pedir dinero y normalmente están fuera de los mercados, en los cruceros o afuera de tiendas de autoservicios, en algunos casos son obligados a vender dulces, chicles y cigarros, porque aun en contra de su voluntad, en algunos casos muy lamentables a sus padres ya les fue pagada una cantidad como renta por su trabajo”, indicó.
“Fácilmente se puede ver que el traer unos chicles en la mano, realmente no es venta y eso lo utilizan para que no digan que nada más están pidiendo dinero, aunque a algunos sí les consiguen sus cajitas de dulces y cigarros y hasta para bolear calzado”, describió. Pero en el peor de los escenarios la familia completa se dedica a esta actividad. Y estos son vistos a diario en el centro de Tonalá.
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