José
Rivera
Tonalá,
23 de noviembre de 2012, Los topes, pese a no existir dentro de las
regulaciones de tránsito, llegaron para quedarse en esta ciudad que adolece de
una cultura vial. Pues hay cientos construidos de manera irregular, incluso con
llantas, cimborros de tierra y pocos autorizados por la Dirección de Desarrollo
Urbano municipal, así lo dio a conocer Manuel Lara Méndez, líder transportista.
Quien
además dijo, La iniciativa de los ciudadanos por construirlos es porque buscan
una mayor seguridad vial, para niños ancianos y discapacitados, principalmente,
debido a la falta de señalamientos y de agentes de tránsito.
Manuel
Lara, junto con sus compañeros aseguran que los topes no cumplen con la función
para lo que fueron “diseñados”, al contrario, provocan más accidentes, porque
los ciclistas y motociclistas no hacen alto total y quedan literalmente sobre
los cofres de los vehículos que los impactan o tendidos en al piso con la cara
al sol.
Los
topes surgieron a raíz del incremento del parque vehicular del municipio, la
velocidad que adquieren sin que nadie respete este límite que debe ser menor a
los 40 kilómetros por hora como máximo, la falta de agentes de vialidad para vigilar
toda la ciudad y hacer respetar el Reglamento de Tránsito.
La cultura vial es casi nula, los peatones no
respetan los puntos de cruce ni los conductores los lineamientos de velocidad, muchos
transportistas se paran dónde quieren y como quieren, ciclistas y motociclistas pasan a gran
velocidad entre los cortes que tienen los topes”, expone.
A mayor
cantidad de topes menor desarrollo y estancamiento, es una forma de admitir que
no podemos conducir con precaución y tenemos que ponernos estas trabas para no
usar la calle como autopista y volvemos a lo mismo necesitamos de los acicates
que nos presionen a hacer las cosas bien y dar paso a la tranza.
Los
señalamientos viales necesarios no suficientes o de plano no se cuenta con
ellos, eso orilla a las personas a que improvisen un tope, que en la actualidad
se ha convertido en un problema en vez de una solución, pues estos afectan
significativamente la suspensión de los vehículos lo que lacera la ya afectada
economía de sus propietarios.
“Las áreas más afectadas son las calles y
avenidas próximas a planteles escolares donde los habitantes deberían de
respetar las velocidades, tener mayor cultura vial e infraestructura”, concluyo.
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