José Rivera
Tonalá, 14 de enero de 2012, No se puede hablar propiamente de "conducta antisociales o agresivas" como si se tratase de una única forma de conducta, sino de distintas formas de agresión. La agresividad puede expresarse de muy diversas maneras y no son rasgos estables y constantes de comportamiento, por lo que debemos tener en cuenta la situación que la provoca. Asi lo dio a conocer la Lic. En derecho Claudia Gabriela Estrada de la Cruz, asesora de derechos de los jóvenes.
Quien además dijo, Frecuentemente, la violencia se origina desde el núcleo familiar como una forma de comunicación social, en cuanto a que tiene una probabilidad muy alta de amplificar la comunicación, pudiendo servirle al violento, entre otras cosas, para la afirmación y defensa de la propia identidad. Pues en muchas ocasiones esas personas violentas son unos cobardes que deben fingir ante los demás para que estos a su manera tengan un lugar de respeto en un sector de la sociedad, en muchas ocasiones solapados por familiares que no saben que están fomentando un vicio o enfermedad social en esa persona a la que ellos dicen querer.
Las conductas antisociales son un tipo de trastorno del comportamiento o de la personalidad, que trasciende al propio sujeto. Parece haber una gran estabilidad o consistencia en la tendencia a mostrarse altamente agresivo sin importar el lugar o el momento. Pues esta acostumbrado a abrirse paso de esa forma, aunque en muchos de los casos teme a la soledad. Pues este se ha hecho así mismo a consecuencia de una descomposición social que ha preferido combatir estas malas conductas a golpes y no con amor, a falta de capacidad de dialogo producto de su ignorancia.
Aunque la agresividad puede tomar diversas formas de expresión, siempre tendrá como característica más sobresaliente el deseo de herir.
El agresor sabe que a su víctima no le gusta lo que está haciendo y por tanto, no tiene que esperar a que el grupo evalúe su comportamiento como una violación de las normas sociales, sino que la víctima ya le está proporcionando información directa sobre las consecuencias negativas de su acción, lo cual hace que con frecuencia se refuercen y se mantengan esas mismas conductas. Es lo que se conoce como "Agresividad emocional”.
Es por ello, que hay que distinguir los agresores suelen ser aquellos que quieren demostrar ante el grupo su superioridad y dominio, aquellos que usan la violencia porque se sienten fácilmente provocados o porque procesan de forma errónea la información que reciben y además, son cortos de dialogo.
Tonalá, 14 de enero de 2012, No se puede hablar propiamente de "conducta antisociales o agresivas" como si se tratase de una única forma de conducta, sino de distintas formas de agresión. La agresividad puede expresarse de muy diversas maneras y no son rasgos estables y constantes de comportamiento, por lo que debemos tener en cuenta la situación que la provoca. Asi lo dio a conocer la Lic. En derecho Claudia Gabriela Estrada de la Cruz, asesora de derechos de los jóvenes.
Quien además dijo, Frecuentemente, la violencia se origina desde el núcleo familiar como una forma de comunicación social, en cuanto a que tiene una probabilidad muy alta de amplificar la comunicación, pudiendo servirle al violento, entre otras cosas, para la afirmación y defensa de la propia identidad. Pues en muchas ocasiones esas personas violentas son unos cobardes que deben fingir ante los demás para que estos a su manera tengan un lugar de respeto en un sector de la sociedad, en muchas ocasiones solapados por familiares que no saben que están fomentando un vicio o enfermedad social en esa persona a la que ellos dicen querer.
Las conductas antisociales son un tipo de trastorno del comportamiento o de la personalidad, que trasciende al propio sujeto. Parece haber una gran estabilidad o consistencia en la tendencia a mostrarse altamente agresivo sin importar el lugar o el momento. Pues esta acostumbrado a abrirse paso de esa forma, aunque en muchos de los casos teme a la soledad. Pues este se ha hecho así mismo a consecuencia de una descomposición social que ha preferido combatir estas malas conductas a golpes y no con amor, a falta de capacidad de dialogo producto de su ignorancia.
Aunque la agresividad puede tomar diversas formas de expresión, siempre tendrá como característica más sobresaliente el deseo de herir.
El agresor sabe que a su víctima no le gusta lo que está haciendo y por tanto, no tiene que esperar a que el grupo evalúe su comportamiento como una violación de las normas sociales, sino que la víctima ya le está proporcionando información directa sobre las consecuencias negativas de su acción, lo cual hace que con frecuencia se refuercen y se mantengan esas mismas conductas. Es lo que se conoce como "Agresividad emocional”.
Es por ello, que hay que distinguir los agresores suelen ser aquellos que quieren demostrar ante el grupo su superioridad y dominio, aquellos que usan la violencia porque se sienten fácilmente provocados o porque procesan de forma errónea la información que reciben y además, son cortos de dialogo.
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