jueves, 16 de diciembre de 2010

Degenerado acecha a las niñas cerca de la escuela primaria


José Rivera
El acoso hacia los niños en las escuelas es muy común. Por desgracia, siempre hay niños que son acosados. Normalmente, el niño que es perseguido por depravados que se parapetan en los árboles cerca de la escuela en un callejón que por ahí existe para molestar a las niñas, como en casos recientes ocurridos en el perímetro de la escuela secundaria Jesús García Corona, y primaria Fray Matías de Córdova, cerca de la unidad deportiva, así lo dio a conocer María de los Ángeles Alcazar López, madre de familia.
Quien además dijo, estos sujetos no tiene un perfil determinado: pues a los niños que acosan, lo hacen por cualquier razón. Muchas veces pensamos que persiguen a un niño porque es tímido. Pero, ¿Es que realmente no se puede justificar este tipo de violencia? Muchas veces, los profesores se sienten impotentes ante este tipo de problema: ¿qué hacer?
Por ello piden un castigo drástico para estos sujetos que se parapetan bajo las sombras de los árboles para hacer sus cochinadas, por lo que estos sujetos son potenciales violadores, y por ello los padres de familia han llegado a buscar soluciones drásticas a algunos problemas. Recuerdo en una ocasión que una niña no quería ir al colegio porque le acosaba un sujeto cerca de su escuela. Comento la maestra Margot de los Santos Lara, Diputada Local.
Quien también dijo, la niña se quedaba en su casa. Hablamos con sus padres, con los otros niños para conseguir arreglar la situación... todo fue inútil. Sus padres la sacaron de la escuela y la llevaron a otra. Se acababa el problema. Pero el caso es que el problema sigue ahí: los niños que son acosados acaban sufriéndolo en silencio porque se apodera de ellos una vergüenza que no les deja convertirse en personas fuertes y seguras, sino que se convierten en seres indecisos e inseguros.
Esta inseguridad que genera este tipo de problema, es, por desgracia, más frecuente entre los niños y, como, por otra parte, muchos de ellos no han aprendido a arreglar las cosas hablando, recurren a la violencia, una violencia cada vez más acuciante. La pelota se hace cada vez más grande, hasta que nos arrastra a todos con ella... luego, ¡Vamos a buscar culpables! ¿Quién tiene la culpa de que un niño sea violento? ¿Sus padres? ¿Sus profesores? ¿Sus amigos? o tal vez, ¿la televisión? No echemos la culpa de todos nuestros problemas a aquellos que no la tienen. Si que es verdad, que, por ejemplo, la televisión puede influir en el carácter de un niño. Pero precisamente porque los niños son eso, niños, son también grandes esponjas, personitas que aprenden de los mayores, a los que les influimos nosotros con nuestro comportamiento.
Analicemos la situación: si una niña ve que su madre se pinta las uñas, un día, a escondidas de ella, cogerá un pintauñas y se pondrá a pintárselas. Si un niño ve que su padre pega a alguien porque no llegan a un acuerdo, el niño pegará a alguien con quien tampoco llegará a un acuerdo. ¡Seamos responsables! Los padres tienen que vigilar lo que ven sus hijos en televisión, hay programas que, por edad y por madurez, los niños no deben ver. Pero esto tiene que ser una responsabilidad de los padres, es en ellos donde empieza la educación. Los profesores los enseñamos, de acuerdo, pero es en casa donde los niños deben aprender una serie de valores morales, porque para un profesor que tiene un aula llena de treinta niños, es muy difícil conseguir que todos ellos tengan los mismos valores morales.
Por ello dijo Margot de los Santos, que solicitaran se refuercen los patrullajes en las salidas de las escuelas para evitar el abuso a los menores.

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