José Rivera
Trabajar como basurero en el carro recolector, sin protección alguna, sin overoles, guantes, lentes, gorras, botas, peor aun sin ningún tipo de seguridad social, para el empleado y su familia, en un camión que se conduce a diario con el mínimo mantenimiento mecánico. El trabajo es difícil y riesgoso, así lo dio a conocer Vicente Marroquín Pineda, familiar de uno de ellos.
Quien además dijo, estos empleados están expuestos a muchos accidentes y enfermedades; la gente piensa que se gana mucho dinero por las propinas que se reciben, pero están equivocados. La jornada laboral comienza por las noches comúnmente a las 20.00 horas. Hasta altas horas de la madrugada, y si se requiere tienen que regresar por la mañana, principalmente en días festivos.
Junto con sus compañeros se preparan para salir. Lo primero que hacen es cargar diesel y de allí se van, a sus rutas, a los restaurantes, escuelas, mercados, hospitales y también algunos negocios que estén abiertos para recolectar su basura. Durante el trayecto recogen animales muertos, los montones de basura regada en los parques, los camellones y las avenidas; donde los perros hacen de las suyas.
Si llegan a llenar el carro, que son muy pequeños y casi no les cabe nada, tienen que ir al basurero a descargar. Posteriormente se van a cubrir la ruta que les toca en ese día. Hacen paradas en cada esquina, aunque hay personas que les piden que vayan a su casa y saquen la basura por ellos y lo hacen, porque algunas personas ya no pueden con ese pesor, ya sea por su edad o por enfermedad.
La mayoría de las personas mal informadas dicen que es una obligación llevarse su basura sin que les den algo porque para eso les paga el ayuntamiento, Dentro de su trabajo están expuestos a sufrir accidentes, contraer enfermedades o virus como amebiasis, hepatitis, gastroenteritis y en casos graves enfermedades incurables debido al contacto con desperdicios desconocidos. “En muchas ocasiones se pegan con fierros, se cortan con vidrios, o se pinchan con agujas que tiran en los hospitales o en las casas y que se supone deberían ir tapadas. Los gastos médicos corren por su cuenta, y si se enferman, si caen del carro o pasa algo más grave, que pasara, sólo se que laboran muy duro y con ello se ganan el pan que llevan a sus casas.
Trabajar como basurero en el carro recolector, sin protección alguna, sin overoles, guantes, lentes, gorras, botas, peor aun sin ningún tipo de seguridad social, para el empleado y su familia, en un camión que se conduce a diario con el mínimo mantenimiento mecánico. El trabajo es difícil y riesgoso, así lo dio a conocer Vicente Marroquín Pineda, familiar de uno de ellos.
Quien además dijo, estos empleados están expuestos a muchos accidentes y enfermedades; la gente piensa que se gana mucho dinero por las propinas que se reciben, pero están equivocados. La jornada laboral comienza por las noches comúnmente a las 20.00 horas. Hasta altas horas de la madrugada, y si se requiere tienen que regresar por la mañana, principalmente en días festivos.
Junto con sus compañeros se preparan para salir. Lo primero que hacen es cargar diesel y de allí se van, a sus rutas, a los restaurantes, escuelas, mercados, hospitales y también algunos negocios que estén abiertos para recolectar su basura. Durante el trayecto recogen animales muertos, los montones de basura regada en los parques, los camellones y las avenidas; donde los perros hacen de las suyas.
Si llegan a llenar el carro, que son muy pequeños y casi no les cabe nada, tienen que ir al basurero a descargar. Posteriormente se van a cubrir la ruta que les toca en ese día. Hacen paradas en cada esquina, aunque hay personas que les piden que vayan a su casa y saquen la basura por ellos y lo hacen, porque algunas personas ya no pueden con ese pesor, ya sea por su edad o por enfermedad.
La mayoría de las personas mal informadas dicen que es una obligación llevarse su basura sin que les den algo porque para eso les paga el ayuntamiento, Dentro de su trabajo están expuestos a sufrir accidentes, contraer enfermedades o virus como amebiasis, hepatitis, gastroenteritis y en casos graves enfermedades incurables debido al contacto con desperdicios desconocidos. “En muchas ocasiones se pegan con fierros, se cortan con vidrios, o se pinchan con agujas que tiran en los hospitales o en las casas y que se supone deberían ir tapadas. Los gastos médicos corren por su cuenta, y si se enferman, si caen del carro o pasa algo más grave, que pasara, sólo se que laboran muy duro y con ello se ganan el pan que llevan a sus casas.
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